Respirar por la boca altera la Postura del cuerpo

Los pies, ojos y sistema vestibular  son elementos reguladores primarios de la postura corporal, pero en condiciones anormales la boca constituye el elemento perturbador  mas importante,  debido a su complejidad neurológica, ya que, para gestionar el aparato estomatognático intervienen 6 pares de nervios craneales y el 38% de la corteza sensitivo/motora. Además de la alta prevalencia de patología dental en la sociedad civilizada, el 90% de la población tiene caries, enfermedad periodontal, tratamientos dentales o disfunciones como la respiración oral (tenemos un 80% de respiradores orales) que comprometen el equilibrio oclusal lo que altera la postura.
El cuerpo humano trabaja como una unidad funcional, es un conjunto de estructuras y sistemas integrados e interrelacionados. La postura depende de la relación de los segmentos cabeza, tronco y extremidades. En la cabeza encontramos el cráneo, la mandíbula, el hioides, y la columna cervical , que se encuentran unidos al tronco por las correspondientes cadenas miofasciales a través de la cintura escapular, que modifica su posición de acuerdo a las diversas direcciones que adopta la cabeza debido fundamentalmente a sus funciones de los ojos, sistema vestibular y la boca (respiración, masticación y deglución).
Los movimientos resultan de una función global y requieren la participación de todo el cuerpo, de forma que cada parte es responsable del equilibrio de las demás. Por tanto, el correcto desarrollo de las funciones orofaciales (respiración, masticación y deglución) es esencial para la estabilidad de la posición del cráneo, existiendo un delicado equilibrio entre este sistema tri-articulado formado por articulación cráneo-cervical, articulación témporo-mandibular y articulación dental que se mantiene mediante una tensión equivalente de los músculos anteriores y posteriores de cabeza y cuello desde el nacimiento.

La postura de la cabeza sobre la columna cervical depende del centro de gravedad de la cabeza y de su articulación con la columna cervical. Si ambos coincidieran en el mismo eje vertical, la cabeza se encontraría en equilibrio y apenas se necesitaría acción muscular, pero esto no ocurre así y el centro de gravedad de la cabeza está más anterior como podemos ver en la imagen del esquema de Brodie, por lo que es necesario un esfuerzo muscular para mantener erguida la postura de la cabeza. Los músculos extensores posteriores del cuello actúan como la cadena muscular que equilibra la cabeza en sentido posterior. Para contrarrestarlo a nivel anterior depende de la correcta realización de las funciones de la boca (respiración, masticación y deglución) que a través de la lengua dirigen los músculos supra e infrahioideos, así como la envoltura anterior de los tejidos blandos incluyendo el músculo platisma del cuello.

El hioides desempeña un papel esencial en la realización de este delicado equilibrio postural al estar conectado muscularmente con gran parte de las estructuras del territorio cráneo-cérvico-facial, por ello y, al ser un hueso móvil en suspensión que que varía en cada movimiento de la boca. Al abrir la boca para la respiración bucal  se realiza una postero-rotación de la mandíbula, la lengua  sigue  ese mismo movimiento, arrastrando también al hioides. Al acercarse el hioides a la columna cervical, descender y retrasar la lengua se produce un estrechamiento del espacio aéreo faríngeo (lo que dificulta la respiración), que provoca un descenso de la lengua y una serie de adaptaciones posturales con extensión cráneo-cervical para mantener el espacio orofaríngeo que permita un diámetro constante de la vía aérea con el fin de poder respirar. Los respiradores orales presentan extensión cráneo-cervical,  postura adelantada de la cabeza y pérdida de la lordosis cervical fisiológica, con compensaciones musculares, lo que repercute negativamente sobre la postura general y la función respiratoria.

Cualquier disfunción de la masticación, deglución o respiración altera la posición de la cabeza y por tanto la postura del cuerpo. La rehabilitación de estas funciones y en concreto de la función respiratoria es clave para la rehabilitación postural, y en niños afecta además a su desarrollo de las estructuras cráneo-facial.

 

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