Respirar por la boca altera la Postura del cuerpo
La postura de la cabeza sobre la columna cervical depende del centro de gravedad de la cabeza y de su articulación con la columna cervical. Si ambos coincidieran en el mismo eje vertical, la cabeza se encontraría en equilibrio y apenas se necesitaría acción muscular, pero esto no ocurre así y el centro de gravedad de la cabeza está más anterior como podemos ver en la imagen del esquema de Brodie, por lo que es necesario un esfuerzo muscular para mantener erguida la postura de la cabeza. Los músculos extensores posteriores del cuello actúan como la cadena muscular que equilibra la cabeza en sentido posterior. Para contrarrestarlo a nivel anterior depende de la correcta realización de las funciones de la boca (respiración, masticación y deglución) que a través de la lengua dirigen los músculos supra e infrahioideos, así como la envoltura anterior de los tejidos blandos incluyendo el músculo platisma del cuello.
El hioides desempeña un papel esencial en la realización de este delicado equilibrio postural al estar conectado muscularmente con gran parte de las estructuras del territorio cráneo-cérvico-facial, por ello y, al ser un hueso móvil en suspensión que que varía en cada movimiento de la boca. Al abrir la boca para la respiración bucal se realiza una postero-rotación de la mandíbula, la lengua sigue ese mismo movimiento, arrastrando también al hioides. Al acercarse el hioides a la columna cervical, descender y retrasar la lengua se produce un estrechamiento del espacio aéreo faríngeo (lo que dificulta la respiración), que provoca un descenso de la lengua y una serie de adaptaciones posturales con extensión cráneo-cervical para mantener el espacio orofaríngeo que permita un diámetro constante de la vía aérea con el fin de poder respirar. Los respiradores orales presentan extensión cráneo-cervical, postura adelantada de la cabeza y pérdida de la lordosis cervical fisiológica, con compensaciones musculares, lo que repercute negativamente sobre la postura general y la función respiratoria.
Cualquier disfunción de la masticación, deglución o respiración altera la posición de la cabeza y por tanto la postura del cuerpo. La rehabilitación de estas funciones y en concreto de la función respiratoria es clave para la rehabilitación postural, y en niños afecta además a su desarrollo de las estructuras cráneo-facial.