La Erupción Dental: Indicador del estado de maduración biológica del individuo

La boca es la puerta de entrada al ser humano, es un órgano interno al que podemos acceder directamente. Representa la verdadera caja negra del organismo. En ella quedan registrados muchos de los acontecimientos por los que atravesamos durante nuestra vida, esto lo conoce muy bien la ciencia de la Antropología. La boca nos cuenta la historia de la vida, nos ayuda a entender el comportamiento y funcionamiento humano, sus necesidades, el nivel de salud, los rasgos de la personalidad dominantes, etc. mediante el análisis de su variación eruptiva, morfología dental (huellas, señales o enfermedades) u oclusal.

La erupción dentaria es un proceso fisiológico asociado al crecimiento, por el cual el diente se desplaza desde el interior del hueso maxilar o mandibular, hasta su posición funcional en la boca. La formación y erupción de los dientes transcurre paralelamente a la maduración biológica y al desarrollo del Sistema Nervioso Central (SNC), por lo tanto sirve guía para valorar su estado. Es una muestra de la interdependencia periférica y estrecha relación de la boca con el sistema nervioso.

Durante la vida, la especie humana pasa por una serie de estadios de crecimiento y desarrollo que implican un grado creciente de maduración biológica, lo que contribuye a modificaciones en la organización anatómica y a la aparición de determinadas funciones fisiológicas en el organismo que lo vuelven más independiente.

Esta maduración biológica se correlaciona con la ósea, dentaria, y del sistema nervioso en las diferentes etapas de desarrollo de la vida. Pero este proceso no es exclusivamente determinado por la genética, no viene solo con el tiempo, sino que también viene modulada por factores extrínsecos o ambientales (condiciones de vida, nivel socio-económico, higiene, alimentación, estado nutricional, actividad física,…) que estimulan, modifican y contribuyen al proceso de desarrollo, lo que hace que haya individuos más afinados en su maduración y organización interna que otros.

Afinados en el sentido de que la optima maduración les permite alcanzar su potencial biológico para vivir mejor individual y colectivamente, asociado a hacia ciertas formas de comportamientos más sanos es decir a preservar, y estar la mayor parte del tiempo «en equilibrio».

La maduración del SNC es la responsable de toda la evolución funcional donde el individuo va alcanzando las habilidades y competencias que se verán en todas las áreas de desempeño físico, conductuales, cognitivas,…Cada etapa debe desarrollar unas capacidades y funciones determinadas con el fin de crear un individuo integrado en armonía con su totalidad.

En general, el grado de desarrollo de los dientes es un buen indicador de la maduración biológica durante el periodo de crecimiento. El ciclo vital del individuo puede dividirse en diferentes etapas del desarrollo, aunque se consideran como normales pequeñas variaciones individuales frecuentemente de influencia genética.

La siguiente clasificación es un ejemplo que muestra la interrelación entre la erupción dental con la maduración biológica y del sistema nervioso en las diferentes etapas de la vida:

1. In utero: ya desde antes del nacimiento existe una estrecha relación entre la boca y el sistema nervioso ya que de forma general el sistema nervioso (médula espinal, nervios periféricos y cerebro), el revestimiento de la boca y los dientes, se originan de la misma capa embriológica del tubo neural. En la sexta semana del embarazo aproximadamente se inicia la formación de los gérmenes dentarios de los futuros dientes de leche.

2. El bebe: de los 0-3 años. La fase oral es la etapa desde el nacimiento hasta los 18 meses, donde la mayor parte de la energía física, emocional y de comunicación del bebé se encuentra en la boca. Esta primera fase del bebe consiste en aplicar la capacidad que tiene en el momento de nacer de respiración, succión (futura masticación) y deglución como estimulo para el buen desarrollo y maduración de los demás sistemas del cuerpo y que hay que mantener en forma a lo largo de la vida a través de estas funciones. El bebe va conociendo el mundo llevándose todo a la boca, lo que les permite explorar objetos y experimentar nuevos sabores, olores, texturas, colores y sonidos.

El cuerpo comienza su desarrollo, especialmente en el apartado psico-motriz. Se inicia primero el arrastre, luego el gateo para llegar a caminar. Durante este periodo, cada mes se producen muchos cambios físicos en su estatura, extremidades, peso, etc. que aumentan como proporcionalmente no volverá a ocurrir.

Los dientes del bebé no serán visibles al nacer. Pero ya se encuentran debajo de las encías. Estos dientes temporales o de leche comienzan a aparecer en boca entre los 6 y 12 coincidiendo con los cambios en la dieta con la introducción de otros alimentos diferentes a la leche.

3. La infancia: de 3 – 6 años, esta etapa comienza cuando todos los dientes de leche han erupcionado, están en oclusión, el sistema nervioso ha madurado y adquiere el concepto de si mismo como individuo distinto. Alcanza el habla y es la fase del desarrollo motor grueso: aumenta la habilidad para correr, saltar, lanzar, darle una patada o atrapar una pelota.

4. La niñez o edad escolar: de los 6 – 12/14 años. Se inicia cuando han erupcionado los 1º molares definitivos, la pérdida de los dientes de leche es un signo visible de esta transformación. Se produce el primer periodo de recambio dentario entre los 6/7 años, comienza lo que llamamos la dentición mixta que consiste en la presencia de dientes definitivos a la vez que sigue habiendo dientes de leche en boca. Se cambian los ocho incisivos temporales y erupcionan por detrás de los dientes de leche y los primeras muelas definitivas.

Se alcanza la postura bípeda, los conductos semicirculares del oído y arco plantar se colocan. El niño ya ha alcanzado su desarrollo biológico y cognitivo, la capacidad de pensar y razonar. El contacto con el mundo exterior aumenta y también la vida social. La actividad cultural entran en escena.

A partir de los 9 y 10 años se entra en la pubertad o pre-adolescencia coincidiendo con el ultimo recambio de los dientes de leche que quedan y la erupción de los 8 premolares y 4 caninos definitivos. La pubertad se refiere a los cambios corporales que presenta el niño o niña a través del cual se desencadena una gran movilización hormonal hasta que adquiere la capacidad de la reproducción sexual.

5. La adolescencia: marca la madurez sexual, los 2º molares definitivos han erupcionado, este período implica cambios corporales, pero también cambios intelectuales y emocionales. Existen cambios radicales a nivel cerebral. Es una época de maduración en la que el cerebro vive las llamadas podas neuronales, en las se eliminan las conexiones que ya no se utilizan, a la vez que refuerzan las que son útiles para la supervivencia presente y futura. Este reset cerebral es clave para comprender su comportamiento, tan variable e impredecible. El individuo desarrolla la autonomía del pensamiento y construye los cimientos de su futura vida adulta.

6. La adultez: En este periodo, los huesos de la mandíbula y de la cara ya han madurado y se han formado lo suficiente como para que los 3º molares estén presentes. La erupción de las muelas de juicio se asocia al momento en que una persona adquiere una mayor madurez mental y capacidad de juicio. El cuerpo está completamente formado, la persona alcanza autonomía e individualidad, cuenta con una personalidad definida y está lista para enfrentarse a los retos de la vida adulta.

La maduración y erupción dental son fenómenos biológicos que tiene unos márgenes temporales donde cada individuo se desarrolla a diferente velocidad dentro de la normalidad. La erupción tardía puede mostrar retraso madurativo que se caracteriza por un funcionamiento significativamente inferior al normal. Suele ser transitorio y sin mayor importancia. Puede verse afectado el desarrollo del lenguaje y la comunicación, la motricidad, la socialización, comportamiento, el desarrollo cognitivo e intelectual o problemas sensoriales y del control de esfínteres. Una boca optimizada va a mejorar el terreno y mostrar ese estado de afinación.

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