Lactancia materna en la prevención de anomalías dentomaxilofaciales ( apiñamientos dentales, mordidas abiertas, cruzadas,…).
La lactancia materna es la que ha hecho posible que la especie humana haya perdurado. La producción láctea en la mujer tras el parto es una actividad fisiológica que forma parte del proceso reproductivo y, como en el resto de los mamíferos, la finalidad del amantamiento es proporcionar una adecuada nutrición a la descendencia.
Para el bebé humano, constituye el alimento ideal y más completo durante sus primeros 2 años de vida, más o menos cuando nuestro sistema digestivo ha madurado lo suficiente como para admitir ya exclusivamente otros alimentos. Todos los mamíferos cumplen con el periodo de lactancia, es un hecho biológico que en nuestra especie se ha reducido, y aunque la supervivencia de las crías no se ve afectada, si altera su desarrollo.
La lactancia materna no sólo hay que valorarla desde un punto de vista nutricional y de filiación materno-infantil, sino también desde el punto de vista preventivo y de promoción de la salud. Además de proveer beneficios desde el punto de vista inmunológico, nutritivo, afectivo, psicológico, también favorece el crecimiento y desarrollo oro-facial y la maduración de sus funciones, previniendo hábitos perniciosos.
En la especie humana, las actividades relacionadas con la lactancia materna no son instintivas exclusivamente (reflejos de busqueda y succión-deglución) como ocurre con el resto de los mamíferos. La mujer ha de aprender a amamantar a sus crías, lo que nos demuestra el débil equilibrio entre lo natural y lo cultural de las actividades humanas. La lactancia artificial no es nueva, hay suficientes referentes sobre su utilización desde hace mucho tiempo, pero era ocasional. Es a finales el siglo pasado, cuando la mujer se incorpora de lleno al mercado de trabajo, donde la lactancia artificial se vuelve sinónimo de progreso social, ya que, permite liberar a la mujer de las obligaciones de la lactancia materna y se pierde la cultura del amamantamiento.
Hay motivos para utilizar la lactancia artificial como: las anomalías del pezón, la falta de subida de leche, flujo insuficiente, grietas, mastitis, experiencias previas desafortunadas o problemas relacionados con la salud del niño. A estas causas se les une la opción y la decisión materna de no lactar; una decisión que es un derecho pero hay que saber que es una lactancia de segunda categoría y las limitaciones y desequilibrios que más adelante habrá que afrontar.
En 1996, Van der LINDEN escribía: “La región oro-facial está muy particularmente expuesta a la acción de factores exógenos. Los factores del medio ambiente tienen una influencia considerable sobre los procesos de crecimiento facial”. El desarrollo de la cara depende al 80% de los estímulos paratípicos. La lactancia materna con la respiración nasal son de los principales estímulos paratípicos que producen una respuesta de desarrollo mandibular en las primeras etapas de la vida.
En el momento de nacer, la mandíbula esta en una posición más retrasada que el maxilar, en la succión del pezón, el bebe realiza un esfuerzo regular con numerosos músculos de la boca donde hay un movimiento póstero-anterior de la mandíbula, para corregir esta diferencia que no hace cuando utiliza el biberon. Los dos cóndilos trabajan simultáneamente en sinergia y en propulsión y es el único momento de la vida donde van a trabajar de esta manera. Esta activación crea las respuestas paratípicas de crecimiento anteroposterior y transversal de la mandíbula, así como de toda la musculatura y articulaciones alrededor de la cavidad bucal. Además, el bebé refuerza y mantiene el circuito de respiración nasal fisiológico, que le permite succionar, tragar y respirar por la nariz de forma sincronizada. Todo ello disminuye el porcentaje de posibilidades de desarrollar una maloclusión.
Por el contrario, la lactancia artificial produce malos hábitos de succión, de respiración y de deglución. El estímulo neuromuscular es mínimo y no se produce un desarrollo correcto de los huesos maxilares ni de los músculos masticatorios. Además, el bebé adopta el mal hábito de respirar por la boca, con lo que no satisface sus necesidades de succión y por lo tanto busca satisfacerla chupándose el dedo. Por otro lado, la lactancia artificial, así como la succión no nutritiva (succión del dedo u otros objetos) condicionan el posicionamiento de la mandíbula y los dientes en una relación incorrecta, lo que en el futuro podrá producir deformaciones, tanto dentales, faciales y de los huesos maxilares.
En definitiva el periodo post-natal es un momento fundamental a nivel de desarrollo y crecimiento de la cara, por ello la lactancia materna es una medida natural y fisiológica para la prevención de anomalías dentomaxilofaciales, ya que disminuye los indicadores de maloclusión dentaria en un 50% ( apiñamientos dentales, mordidas abiertas, cruzadas y otros) que van a afectar a la estética y función dentofacial del niño.
No tenemos que perder de vista que somos «Mamíferos», creo que esto lo resume todo.
itziar
Artículo muy interesante, siempre está bien tener más argumentos a favor de la lactancia materna. Hoy en día no es fácil compaginar la lactancia materna y nuestro modo de vida actual.
Sara
Buenas tardes, mi nombre es Sara y soy logopeda. Tanto el chupete como el biberón se desaconsejan más allá de los dos años y medio por las consecuencias negativas que presentan a nivel orofacial (malformaciones, patrones respiratorios incorrectos, etc.) . Mi pregunta es: ¿la lactancia materna prolongada en el tiempo más allá de dicha edad también puede resultar perjudicial? Gracias.
José Ignacio Zalba
Hola Sara,
la OMS recomienda continuar la lactancia materna hasta los 2 años o más, eso sí, no en exclusividad, ya que a partir de los 6 meses el bebé necesita de más aporte calórico y necesidades nutricionales adecuadas. Dicha organización recomienda lactancia exclusiva durante los primeros 180 días de vida del bebé para un niño que ha nacido a término y con un buen peso al nacer.
Desde un punto de vista biológico, la lactancia se debe realizar hasta la erupción completa de los dientes, es el momemnto que el sistema masticatorio esta preparado para una dieta dura.
La leche materna es muy dulce, si prologases la lactancia, aumentaría le riesgo de caries sino se tienen medidas adecuadas como beber agua para aclarar restos de leche en boca o no dejar al niño que se duerma a la noche en el pecho.
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