Relación Evolutiva Boca-Oído
La evolución del oído medio de los mamíferos se produjo a partir de los huesos de la mandíbula.
Lo que explica el porque algunas alteraciones de la boca van a afectar en grados diferentes al oído, y la necesidad del tratamiento oral para la corrección de cierta sintomatología con origen bucal.
Incluso hoy en día podemos ver este vestigio de la relación oído-boca durante el desarrollo embrionario del feto humano, donde el yunque y el martillo surgen del mismo primer arco faríngeo que la mandíbula y el maxilar , y son inervados por la división mandibular y maxilar del nervio trigémino.
La transformación de las ondas sonoras en impulsos eléctricos o nerviosos que es el lenguaje del cerebro se da justo detrás del tímpano, la membrana que vibra ante la llegada de impulsos sonoros. Detrás de esa membrana, y apoyados sobre él en una armoniosa disposición ordenada, se encuentran tres delicados huesecillos que captan esa vibración: el martillo, el yunque y el estribo.
Los mamíferos desarrollaron en el oído medio una cadena de huesecillos (también llamados osículos auditivos): el martillo, el yunque y el estribo. Los huesecillos son son una característica definitoria de todos los mamíferos.
Son un complejo sistema de palancas cuyas funciones incluyen: reducir la amplitud de las vibraciones; aumentar la fuerza mecánica de las vibraciones; y así mejorar la transmisión eficiente de la energía del sonido desde el tímpano a las estructuras del oído interno. Cuando las ondas sonoras hacen vibrar la membrana timpánica o tímpano, esta a su vez mueve el huesecillo más cercano, el martillo, al que está unida. El martillo, entonces, transmite las vibraciones por medio del yunque y el estribo hasta la membrana oval, que cierra la abertura al vestíbulo del oído interno.