Como prevenir la boca fea, Mal-oclusión, dientes torcidos,…

Una boca bonita responde a una buena oclusión, que podemos decir que es la relación y desarrollo correcto entre los maxilares con una posición de los dientes ordenada.
Para que ello se haga realidad todas las funciones bucales: masticación, deglución y respiración se deben de realizar correctamente, ya que la función hace la forma. De ahí la importancia de los hábitos de vida para mantener una buena oclusión a lo largo de la vida.

La formación de los maxilares y el crecimiento de las estructuras de la cabeza comienzan en el primer trimestre del embarazo y continúan durante el embarazo por el resto de la vida. El embarazo de la madre,  la posición del bebé en el útero materno, el parto, la lactancia,  factores genéticos, y la regulación de la madre van a ser algunos de los factores fundamentales para alcanzar el equilibrio estructural.

Un embarazo con estrés, en reposo, con depresión, hábitos tóxicos como tabaco o cualquier desorden de la madre en este periodo son sumamente importantes. Un parto prematuro, con cesárea o instrumentado (fórceps, ventosa) requieren de maniobras que pueden bloquear o alterar el desarrollo de las mandíbulas o articulaciones temporomandibulares, además de afectar a funciones hegemónicas como es la respiración que van a alterar el desarrollo maxilar.

La lactancia materna durante 1 año es la forma más segura y confiable de estimulo para el desarrollo y avance de la mandíbula, desarrollo de la fuerza muscular y la correcta postura de la cabeza. A los 6 meses combinarla con la introducción de alimentos  de consistencia semisólida, para a partir del año pasar a comida sólida. Estos estímulos que a menudo se pasan por alto alteran el crecimiento de los maxilares y de la posición que adoptan los dientes en las arcadas dentarias. La ausencia de masticación a menudo hace que los bebés chirríen los dientes lo que nos indica que algo hay que revisar.

El circuito de respiración nasal que es un circuito neuronal se cierra los 2 primeros años de vida, y es crítico prestar atención a que se realice correctamente. El niño adquiere el patrón respiratorio de la madre, ya que, son una unidad funcional hasta los 6 años y aprende por imitación, de ahí la importancia de que la madre respire por la nariz (en caso de no hacerlo se recomienda su rehabilitación respiratoria). En el el 1er año de vida hay hábitos que empeoran la respiración, como ambientes mal ventilados y ropa excesiva que hacen que el bebé tienda a respirar más por la boca. Todo ello provoca la perdida de la memoria neuronal de la respiración nasal y la fuerza de los músculos faciales. Y con ello se pierde la ventaja de la expansión maxilar con la lengua y la alineación de los dientes con los labios y mejillas.

Otro factor importante es todo el movimiento libre del bebe, el gateo, que ande descalzo y así integrar una correcta postura, ya que, las cadenas musculares comienzan en la cabeza para luego descender e integrar la posición corporal de menor coste energético, lo que facilita bidireccionalmente una buena función masticatoria, respiratoria, deglutoria.

Para tener una boca y cara bonita hay que empezar cuanto antes aunque siempre es buen momento para adoptar buenos hábitos como:

  • Respirar por la nariz
  • Masticación con los 2 lados de la boca (en bebes lactancia materna)
  • Alimentos de consistencia dura que ejerciten los músculos
  • Postura corporal adecuada

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