¿Qué hace que una Cara sea atractiva? y como las Funciones de la Boca son el Pilar
La belleza en realidad es simetría, una cara simétrica nos informa que existe un buen funcionamiento del cuerpo lo que significa que tenemos buena salud, y favorece la selección de pareja, lo que nos resulta atractivo, nos gusta. En biología, se dice que la simetría es la distribución equilibrada en el cuerpo de los organismos de aquellas partes que aparecen duplicadas.
La simetría facial es una medida específica de la simetría corporal. Los músculos de la cara cumplen las mismas funciones que el resto de la musculatura del cuerpo, facilitan la movilidad y la función , como, por ejemplo, los músculos de la mímica y los de la masticación. Por eso practicar las funciones de la boca correctamente es el mejor ejercicio de la musculatura facial que de forma regular mejora la oxigenación de los tejidos y permite mantener una óptima irrigación sanguínea, lo que se traduce en una piel con menos arrugas, manchas, o una cara menos torcidas y caída gracias a la musculatura correctamente tonificada.
El rostro se forma fundamentalmente en las primeras etapas de la vida donde el cuerpo es muy plástico, se adapta y su forma es reflejo de lo que hacemos, sentimos y pensamos. Las funciones que van a modelar fundamentalmente la cara a lo largo de nuestra vida son la respiración, la deglución y la masticación. Cuando estamos creciendo, los huesos utilizan la fuerza de los músculos que realizamos con estas funciones para desarrollarse. Por lo tanto, cuando los hábitos de vida son adecuados para la edad, equilibrados y con la fuerza adecuada, el rostro es funcional, simétrico y bello. Así se forma un estado físico fuerte y coherente (es decir, que no se distorsiona a medida que pasa el tiempo).
Todo nuestro cuerpo necesita equilibrio para no cambiar el patrón, compensar o adaptarse. Cuando tenemos malos patrones de respiración, deglución y masticación la cara se altera, por ejemplo cuando comemos fundamentalmente de un lado, es una asimetría funcional la cara se tuerce, donde la musculatura de ese lado coge más tono, se fortalece mientras que los huesos del otro lado también se adaptan perdiendo la simetría facial y la mordida de los dientes se altera. Otro ejemplo es respirar por la boca los músculos de la cara pierden tono, fuerza e impide un crecimiento equilibrado de los huesos que se alargan y estrechan, la nariz se cae, tuerce y los dientes no tienen sitio y se apiñan.
Cuando estas funciones no se realizan correctamente perdemos el correcto desarrollo de la cara. Hay formas de redirigir el crecimiento óseo y prevenir desequilibrios e incluso compensar o solucionar el crecimiento cuando se ha desequilibrado. El tratamiento temprano es más fácil, porque menor será el problema a tratar. Las técnicas menos invasivas como la ortopedia funcional de los maxilares, integradas con la terapia mio-funcional, o la rehabilitación funcional masticatoria-respiratoria son las más eficaces para equilibrar huesos y músculos.
Cuando nace el bebé debe ser amamantado durante su primer año de vida para generar el estímulo de crecimiento de los huesos de la cara y fortalecer los músculos de la cabeza y el cuello. La lactancia materna prepara la musculatura de la cara para una masticación bilateral y promueve la respiración nasal. Este primer año de vida es la época donde proporcionalmente más crecimiento se produce, lo vemos en que hay que cambiar la ropa cada poco, por ello la lactancia es una función crítica para el correcto estímulo de desarrollo.
A partir de los 6 meses se debe introducir la alimentación semisólida, los alimentos ya puede triturarlos dándoselos con un tenedor o en trozos para que el bebé pueda masticar. Aunque no tenga dientes, el bebé es capaz de triturar y tragar con los rodetes de las encías sin ningún problema. Es muy importante que el bebé esté sentado y con los pies bien apoyados en el suelo, para que los reflejos neurológicos ayuden a las fuerzas musculares de la postura y la masticación. Al año el bebé ya esta preparado para comer de forma variada dieta sólida. A los 4 años, el 60% de los huesos de la cara ya han crecido, a los 6 años tenemos el 80% y a los 12 años los huesos de la cara tienen el 90% de su tamaño final para la edad adulta, por ello contra más tarde, es cada vez es más difícil compensar la corrección.
La fuerza muscular desarrolla los huesos y los sostiene en el tiempo. El alimento duro estimula esta fuerza muscular de la masticación lo que favorece el correcto desarrollo y mantenimiento de los huesos de la cara. Durante toda la vida los músculos deben ejercitarse para no perder fuerza, tono y función. Por lo tanto, masticar dieta dura alternativamente de forma bilateral y respirar por la nariz promoverá y mantendrá la simetría.
Pero ello no solo afecta a la cara, como consecuencia los músculos que sostienen la columna se descompensan, ya que están encadenados a los de la cabeza, lo que impide que el cuerpo se sostenga adecuadamente, se tuerce y surgen escoliosis, lordosis, por compensación entre huesos y músculos.
Aunque nunca es tarde tampoco nunca es pronto, de ahí la importancia de crecer con hábitos saludables en funciones básicas como la respiración, deglución y masticación que van a influir en todo el cuerpo, ya que, son funciones básicas de supervivencia que no paramos de hacer nunca.
Por todo ello, el dentista funcional es como un entrenador personal que va ayudar a desarrollar o recuperar las correctas funciones de la boca y con ello la musculatura y simetría facial. Esto se traduce en una cara más bella con más tono muscular y menos arrugas. A través de diferentes técnicas, ejercicios y aparatos se realiza una gimnasia del aparato masticatorio-respiratorio para reeducar, cuidar y entrenar.