Sistema Inmunitario Conductual

Mark Schaller, es un científico psicológico de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver (Canadá), donde desarrolló la investigación sobre la amenaza de las enfermedades infecciosas y sus implicaciones para el funcionamiento psicológico y el comportamiento.

Desde una perspectiva evolutiva la relación que establecemos con los patógenos que inducen infecciones no es nada nuevo es algo que llevamos haciendo miles de años, por lo tanto disponemos de mecanismos endógenos muy bien ajustado desarrollados apara responder. Estos mecanismos que comprenden el sistema inmunitario evolucionaron como una primera línea de defensa contra los patógenos causantes de enfermedades.

Antes del descubrimiento de los antibióticos, las enfermedades infecciosas eran una de las mayores amenazas para nuestra supervivencia y cuando el sistema inmunológico actuaba contra ellas nos dejaban muy débiles, incapaces de realizar actividades esenciales de la época, como la caza, la recolección o la crianza de los hijos. El aumento de la temperatura corporal durante una fiebre, por ejemplo, es esencial para una respuesta inmune eficaz, pero resulta en un aumento del 13% en el consumo de energía del cuerpo. Cuando la comida era escasa, eso era una carga enorme.

Es por eso que reducir el riesgo de infección era una clara ventaja de supervivencia. Nuestro sistema inmunitario desarrolló una primera línea de defensa contra enfermedades infecciosas y que permiten a los organismos individuales conductas que tienden a protegernos, establece conexiones con áreas cerebrales fundamentalmente límbicas que están en la base de generar emociones que dirigen nuestra conducta hacia mecanismos de estímulo-respuesta  que desencadenan acciones que tienden a protegernos y minimizar el riesgo para desarrollar infecciones, así emociones como el asco, el miedo, la vergüenza nos ayudan a desarrollar conductas que forman una parte activa de nuestra capacidad para protegernos.

La respuesta de asco es uno de los componentes más obvios de este sistema: cuando evitamos cosas que huelen mal o desechamos alimentos que creemos que están podridos, instintivamente estamos tratando de alejarnos de un posible contagio.

La conducta adaptativa del ser humano depende de la buena comunicación y relación entre Sistema inmunitario (capacidades de defensa) y cerebro ( capacidades como toma de decisiones) que han coevolucionado para la supervivencia de nuestra especie.

El sistema inmunitario conductual funciona con una lógica de «mejor prevenir que curar'»,  es mejor evitar la infección que sufrirla, nada más por el hecho que cuando tenemos que combatir una infección el coste energético va a ser tan elevado que se van a ver comprometidas una serie de funciones básicas para el mantenimiento de la salud.

Siempre hemos pensado que el primero que se alerta frente a una infección es el sistema inmunológico y no es así, antes esta el cerebro.º

Schaller, M.; Duncan, L.A. (2007). «The behavioral immune system: Its evolution and social psychological implications». In J.P. Forgas, M.G. Haselton & W. von Hippel (ed.). Evolution and the social mind: Evolutionary psychology and social cognition. New York: Psychology Press. pp. 293–307.

 

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