No hay motivación más homeostática que aliviar el dolor

La homeostasis es el mecanismo de control, destinado a mantener el equilibrio del organismo dentro de las condiciones fisiológicas internas , esta encargado de garantizar que todos los órganos y sistemas fisiológicos del cuerpo cumplen con su función adecuadamente dentro de unos límites determinados, pues de lo contrario peligraría la vida del organismo.

El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien, es una sensación desagradable provocada por una estimulación de las terminaciones nerviosas sensitivas que se siente en una parte del cuerpo y que altera la homeostasis corporal.

No hay motivación más homeostática que aliviar el dolor intenso, incluso mayor que las conductas que se originan por desequilibrios fisiológicos como pueden ser el hambre, la sed.

Cuando el organismo sufre alguna dolencia, surge una necesidad biológica o psicológica para aliviarla. Los impulsos actúan entonces para restablecer el equilibrio interno, buscando la causa de ese dolor. Si se alcanza ésta, la tensión desaparece y el organismo retorna a su estado inicial, calmándose así la tensión origen del desequilibrio. Por tanto, averiguar los motivos que serían instrumentos causales del dolor, hace que el cuerpo retorne al estado de equilibrio u homeostasis.

El tratamiento depende entonces de la causa y el tipo de dolor. Disfunciones de la masticación, la respiración y la deglución, desregulan el sistema trigeminal y con ello des-coordinan todos los pares nerviosos craneales, que trabajan sincrónicamente, ocasionando compresiones y daños nerviosos, que se manifiestan en un conjunto de síntomas del sistema nervioso neurovegetativo o autónomo, como son la mayoría de los dolores y molestias que podemos encontrar en cuello y cabeza, aunque hay otra variada sintomatología de la que ya hemos hablado en otras entradas.

Dolores de cabeza, cervicales, de la cara, migraña,  son algunos de los trastornos más comunes del sistema nervioso que tienen muchas veces su origen en la boca. Funciones como masticar, tragar, respirar, pestañear los ojos, son funciones reguladas por el sistema nervioso Autónomo. Mientras no corrijamos la disfunción y muchas veces el disformismo de la boca, el tratamiento con medicamentos, será paliativo, aliviará momentáneamente pero no eliminara su causa, lo que hará que vuelva a aparecer con cierta periodicidad.

El bienestar físico es sinónimo de eficacia funcional, la salud es hacer lo que hay que hacer, para ello el sistema nervioso central (cerebro) tiene terminales neurovegetativas por todo el cuerpo, que proporciona la información de como este trabaja, si lo hace adecuadamente la respuesta es de bienestar. Cuando esta información indica que algo no va bien pone en marcha automáticamente los mecanismos de alerta necesarios para corregir la mala función.

Las funciones de la boca son básicas de supervivencia, esto es, son la base donde se soportan otras funciones fisiológicas, estamos a todas horas tragando, respirando y diariamente masticando varias veces, con lo que cuando se alteran, desregulan el sistema nervioso autónomo, lo que se manifiesta con uno de los principales mecanismos de protección de la biología, el dolor.

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