Las alteraciones del Habla están condicionadas por la Masticación, Respiración y Deglución

El Habla es una función que no posee órganos propios, sino que se produce por medio de órganos que pertenecen al sistema orofacial, lo que significa que cuando nos la encontramos alterada, debemos hacer una valoración de las funciones alimentarias (movimientos masticatorios y deglutorios) y respiratorias que son su soporte fisiológico. “La articulación de los sonidos del habla se vincula con el desarrollo y la maduración del sistema Miofuncional oral, y con las otras funciones neurovegetativas de respiración, succión, masticación y deglución” (Camargo, CH., 2002).

Hay que tener en cuenta qué tipo de alimentación tomó al bebé  durante los primeros meses de vida, ya que, la posición y movimientos de la lengua varían en función del tipo de alimentación materna o artificial, condicionando la funcionalidad y el desarrollo de las estructuras orofaciales. Según Morrakow y Mourge-Azcoaga, “gracias a la acción de mamar, gritar, tragar, respirar, se diferencian la sensibilidad de la mucosa y de los músculos de la cavidad bucal, y más tarde de la laringe; iniciándose así los primeros ensayos de lenguaje articulado”.

Mas tarde una dieta basada en  alimentos de consistencia dura, favorece la trituración contribuyendo a un adecuado desarrollo máxilo-dentario y de la funcionalidad respiratoria, auditiva y articulatoria.

Un estudio sobre la “evaluación e incidencia de las alteraciones masticatorio-deglutorias en los trastornos instrumentales del habla” (E. Marta Patricia. RevMOF 2013 Ene-Abr; 4 (1): 375-407), concluye que de 132 niños evaluados, con edades comprendidas entre los 4  y los 8 años, el 92% presentó alteraciones instrumentales del habla y de la función masticatorio-deglutoria. En la entrevista con los padres de los niños evaluados, detectaron que el 100% de los niños que recibían dieta basada en alimentos de consistencia blanda (que no requieren prácticamente movimientos ni esfuerzo masticatorio), manifestaron dificultades en la masticación. El 42% de aquellos que recibían una dieta basada en alimentos de consistencias variadas presentaban igualmente dificultades para masticar, debido a maniobras facilitadores como cortar los alimentos en trozos muy pequeños, usar líquido para propulsar el alimento, poco tiempo empleado para comer o ahogos frecuentes al tratar de tragar una porción no masticada.

La función hace la forma, con lo que un diagnóstico precoz por el profesional correspondiente de cualquier alteración que se dé en alguna de estas funciones y su corrección temprana, favorece un correcto desarrollo oro-facial, lo que evitará estas alteraciones del habla pero también de enfermedades de la boca (caries y encías) o necesidad de aparatos de ortodoncia.

 

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