Sindrome de la Asímetria Bilateral Cráneo-facial

La simetría es una noción que proviene del latín symmetrĭa, aunque este vocablo tiene su origen en la lengua griega. El término se emplea con referencia a la proporción armoniosa  que se registra en la posición, el tamaño y la forma de las partes  que componen un todo.

Bilateral, por su parte, es aquello que se vincula a las dos partes o los dos lados de algo.

Un síndrome es un conjunto de signos y síntomas que conforman una enfermedad clínica. Por definición, la asimetría es la falta de simetría. El síndrome de la asimetría bilateral oro-facial en el ser humano no escapa a esta definición y también presenta ciertas características.

En biología, se dice que simetría es la equilibrada distribución en el cuerpo de los organismos. El cuerpo humano, como el de todos los vertebrados, posee una simetría bilateral axial o vertical, que consiste en que la parte de la derecha es semejante con la parte izquierda. Pero esta simetría no es completa, ya que, posee partes asimétricas como el corazón o el higado y partes del cuerpo que no corresponden con una simetría perfecta en manos o cara, de la misma manera existe la lateralidad, es decir, un lado que predomina sobre el otro, produciendo una asimetría que igual a simple vista no vemos, siendo el lado predominante de mayor tamaño que el no dominante. En definitiva no existe una simetría perfecta.

Estas asimetrías en nuestra especie están aumentando para convertirse en un problema para la salud,  lo que es un nuevo desafío no solo para su corrección, pero incluso para la antropólogía.

La relación simetria y salud

Una teoría sobre las ventajas evolutivas de ser simétrico, es la que desarrolló Randy Thornhill (Universidad de Nuevo México), especialista en biología de la Evolución. Según Thornhill, “la simetría es un síntoma de salud, y tanto los animales como los humanos perciben la simetría como criterio para la selección de parejas para la reproducción, pues tener frente a ti a alguien simétrico y proporcionado  implica cierta salud genética”.

En el hombre nos permite repartir las cargas de ciertas funciones de manera óptima, por ejemplo es un medio de vencer la gravedad con un mínimo esfuerzo y una fórmula adecuada para mantener el equilibrio y permitir la locomoción con 2 piernas. También nos resulta útil disponer de un par de manos para el manejo de herramientas, y en nuestra cara  2 lados de masticación, de respiración, entre otra ventajas.

Como hemos visto cierto grado de asimetría de poca intensidad, tanto en el cuerpo como en el rostro, son normales. Las diferencias de tamaño de las dos partes del cuerpo suelen ser leves y únicamente provocan alteraciones aquellas que tienen una importancia considerable. Si bien en boca podemos considerar que  existen casos de verdaderas asimetrías las cuales, en bastantes ocasiones, son causa de importantes trastornos bio-funcionales.

Por tanto la asimetría facial leve es absolutamente normal, pero pasado un límite como el que se produce en ciertas alteraciones funcionales, como puede ser una masticación unilateral, una respiración oral, un pilowing, … tan frecuentes en nuestro mundo civilizado, como ya hemos comentado en alguna otra entrada,  nos llevan desde la infancia a diferencias en el crecimiento de las estructuras óseas de cada lado.

Con el paso del tiempo estas asimétrias funcionales que van alterando la estructura,  llevan al desarrollo de problemas dentales, dolores y disfunciones faciales como es el CAT (compromiso articular temporal) causa de cefaleas, migrañas y tensionales (SMT), mareos y vértigos (Síndrome de Meniere), Síndrome de Boca Ardiente (SBA), neuralgias de trigémino, parálisis faciales periféricas y convulsiones. Otros problemas comunes son las disfunciones ATM,  o la alteración las cadenas musculares lo que provocan problemas descendetes a todo el cuerpo (desde cervicales lumbares, caderas,…), o .

Ya hemos comprendido que el tratamiento de los desequilibrios bilaterales leves y  temprano (antes de los 6 años)  normalmente se equilibran bastante bien, favoreciendo una progresión más idóneo, incluso con medidas sencillas como una  función compensatoria.

Aunque más tarde se puede actúar, el problema se va instalando más, se agrava la deformación conforme avanza en el tiempo, lo que lleva a  tratamientos más complejos, largos y agresivos. De hecho estos problemas de desarrollo en adulto no se resuelven completamente, sino que se equilibran para mejorar la sintomatología de la persona.

 

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