Conspira la Sociedad Moderna contra la Salud

Los sistemas culturales  en teoría sirven de amortiguadores o protectores frente a la presión ambiental o estrés que provoca desajustes fisiológicos en el organismo humano, al proveer comportamientos y los filtros necesarios en los casos de estrés.

La salud requiere de un esfuerzo de mantenimiento en los tiempos actuales, fruto de la evolución, donde la vida era hostil y dura. Para estar sano hay que cuidarse, es trabajoso, hay que esforzarse, ejercitarse, dieta saludable, respetar ritmos circadianos, sol,  evitar la exposición a tóxicos,  etc.

Como ejemplo, en la televisión estamos seducidos por alimentos que como el Dr. Wiston Price los llamaba «pornográficos», ya que, se presentan atractivos, seducen con placeres inmediatos para luego estar condenada a engordar, caries, diabetes o vete tu a saber .

Claro que nos hacen creer que  a la salud dental la salva el culto al cuerpo. Esta obsesión por la imagen corporal se ha convertido en uno de los distintivos de las sociedades desarrolladas, en las que una sonrisa bonita  se asocia con el éxito y el atractivo sexual.

Esta misma obsesión por la belleza es otra trampa, porque una boca sana insisto hay que trabajarla y requiere tiempo. No es algo que podamos comprar, que este enlatado.

Estamos malcriados, queremos todo ya, sin esfuerzo, sencillo, en la búsqueda continua del placer inmediato. Convirtiéndonos en víctimas, llevados por el modelo social de dientes blancos y alineados ya, sin esperar, se cae en manos sin escrúpulos, que destrozan la boca.

El problema de hoy es la inmediatez, crea bocas artificializadas que  no son sanas. Me recuerdan al peinado que se realiza una mujer cuando va a la peluquería, se tiñe y alisa el pelo, pero que sabe que tiene un tiempo de caducidad, con la diferencia que los dientes son tejidos calcificados que una vez tocados, se debilitan siendo un proceso irreversible en el hombre. No pasa como a los caballos que se les van formando los dientes durante su vida.

Esta cultura creada por el hombre, en vez de proteger, perpetua las enfermedades dentales. En épocas en las que hay que sobrevivir en la abundancia que genera déficits y de excesos como los vivimos, se hace complicado instalar el ABC de la salud bucal.

Como hemos visto en otras entradas es lo que llamamos Enfermedad de la Evolución del Masticatorio Humano generada por el síndrome del desuso que lleva al tratamiento desmedido, alocado, que acaba convirtiéndose en la paradoja  de convertirse en perjudicial para la salud porque tan malo es la falta como el exceso.

 

 

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