Masticación, su Importancia: Masticamos como Vivimos, Vivimos como Masticamos
Vivimos como masticamos y respiramos, aunque en esta entrada, solo voy a comentar sobre la primera. La Masticación si la hacemos Consciente o con el Cerebro es una nueva forma de entender la masticación que se realiza generalmente de forma «inconsciente», pero que podemos hacerla «consciente» desde la atención plena. Es un método con el que Masticamos más, y digerimos mejor física y emocionalmente. También se le puede llamar «Masticación Zen», ya que, Zen significa bueno o beneficioso, luego sería masticación buena o beneficiosa.
Hacer de masticar más tiempo una mentalidad permanente, tiene muchas ventajas. Consiste en llevar la atención al acto biológico de la masticación, proceso que sucede a diario, más de 2000 veces cada vez que comemos un alimento. Consiste en aprender a masticar de manera atenta, libre de ansiedad, y descontrol. Masticar con conciencia nos permite que el momento de alimentarnos sea una oportunidad para relajarnos, en el que disfrutemos del alimento. Nos hace personas más pacientes, con más auto-control y equilibrio, claridad en el pensamiento, ya que, ordena, hace un reset en nuestro sistema nervioso a través de la masticación unilateral alternante llevando a la integración de los 2 hemisferios a través del cuerpo calloso.
En el entorno civilizado, las dietas son blandas y las prisas y el ritmo de vida impulsan a sin apenas masticar, tragar rápidamente, o masticar con ansiedad sin ser conscientes de lo que sucede realmente y generalmente por un solo lado de la boca. Esta insana costumbre tiene sus consecuencias sobre el organismo, ya que el metabolismo de los alimentos comienza en la boca y la saliva, las papilas, los dientes son parte de esta importante de este proceso, en el estomago no hay dientes, por algo es.
La boca es un horno alquímico, cuanto más tiempo pasamos masticando, más saliva producimos, que sirve para ablandar y lubricar el alimento, por lo que pasa a través del esófago con mayor facilidad. La saliva además contiene enzimas digestivas que son necesarias para descomponer las partículas de los alimentos. Estas enzimas hacen que el proceso de digestión sea mucho más fácil. Por ejemplo la amilasa salival, tiene la función de digerir el glucógeno y el almidón para formar azúcares simples, lo que reduce el trabajo del páncreas. Además se estimula el funcionamiento del sistema endocrino y con ello refuerza también el sistema inmunitario. Cada vez que masticamos enviamos información al cerebro de qué estamos comiendo, así el sistema endocrino se activa para segregar los jugos necesarios para su digestión.
La saliva tiene un efecto inmuno-estimulante: estimula producción de linfocitos, nuestros guerreros que luchan contra las enfermedades. De los tres tipos de saliva, la parotina es la que se libera en la boca y se absorbe debajo de la lengua, pasando directamente a la sangre. Alcaliniza, cura y protege la salud. En cambio, si comemos rápido, la parotina va al estómago y se destruye con los ácidos gástricos.
También provoca la reducción del reflujo, para ello hay que producir y tomar la dosis adecuada diaria de antiácido o protector digestivo natural, que es alrededor de litro y medio de saliva.
Esa estimulación de la saliva, rica en calcio y fosfato previene la formación de caries. También ese ejercicio de masticar, refuerza la musculatura y las encías, que se ven estimuladas por el movimiento de la mandíbula. La sangre que recorre las encías y que a su vez nutre a las células de los dientes fluye con más facilidad, ayudando a prevenir problemas como gingivitis, piorrea, y otros problemas en las mucosas orales.
Además al masticar más tiempo, comemos menor cantidad de alimento, pues los receptores de la saciedad aparecen alrededor de los 20 minutos. Cuando tragamos sin masticar el cerebro tiene la sensación de no haber comido suficiente y reclama más cantidad, lo que puede dificultar el control del peso. También se reducen las flatulencias, ya que, comer rápido hace que se ingiera más aire del normal en el proceso de deglución, además de que al digerir mejor el alimento las bacterias que crean gases intestinales no tienen “alimento” para producirlos.
Esta masticación es bilateral, primero con un lado y luego con el otro, 10×10, hace que toda la musculatura de cabeza y cuello trabaje adecuadamente, lo que evita la mayoría de sintomatología (dolores de cervicales, cabeza, ATM, oído,…) tan habitual, que nos encontramos en la masticación unilateral.
El movimiento muscular de la masticación estimula los pares nerviosos craneales (reguladores sistema nervioso parasimpático), lo que mejora el sueño y se convierte en una meditación que nos permite serenar nuestra mente y regular nuestro sistema nervioso neurovegetativo. Además potencia las funciones cognitivas (concentración, memoria, rendimiento escolar,…), ya que, se liberan endorfinas, que además incrementan nuestra energía y vitalidad.
Consejos prácticos para introducir el la masticación «Zen» o consciente en tu vida diaria:
- Empezar a intentarlo, por lo menos, en una comida del día.
- Solo comer si tenemos hambre, el cuerpo necesita toda la energía para vivir y no para estar amodorrado en la digestión.
- No picotear entre horas, el chocolate o dulces este tipo de comida es dieta blanda. No comer chicles. Ello permite llegar con hambre a la comida.
- No comer si se esta enfadado, estresado o aburrido. 1º Resolver estos problemas saliendo a dar un paseo, conversando con un amigo, escuchando una canción, leyendo una revista, planifica el fin de semana…
- Dieta dura y consistente, facilita la masticación y evita que traguemos sin masticar.
- Masticar sin distracciones. Evita las discusiones, la lectura, el móvil, ordenador, televisión… los dispositivos tecnológicos nos distraen y hacen que se reduzca la sensación de saciedad y comemos más.
- Antes de comer, bebe un vaso de agua y luego mastica unas cuantas veces con la boca vacía, genera saliva y trágala. Este hábito te ayudará a mejorar la digestión, ya que aportarás más enzimas digestivas al estómago.
- Masticación unilateral alternante o bilateral: 10×10, 10 veces por cada lado.
- Boca cerrada y respiración nasal.
- Toma trozos pequeñas de alimento, mejorará el ensalivado y al masticar mucho se ayuda a una mejor absorción de los nutrientes.
- Entre bocado y bocado, deja el cubierto en el plato y date tiempo para masticar. Existe la mala costumbre de masticar mientras se prepara el siguiente bocado, lo cual genera ansiedad por acabar rápido.
- Saborea cada bocado, masticar bien mejora el sabor de todo lo que comemos.
- Dieta variada, no procesada.
- Acaba siempre el último. Come tranquilo y sin prisas por terminar. No se trata de engullir, sino de masticar.
- Tratar de comer lo justo, vivimos en una sociedad que peca del exceso.