¿Cómo puede un dentista ayudar a su paciente en modelos preventivos y de Mínima Intervención? Firmando el contrato Ulises
Se denomina “contrato de Ulises” a cualquier decisión tomada en el presente para obligarse a uno mismo a actuar de una determinada forma en el futuro, nos ponemos barreras para no caer en tentaciones futuras, por ejemplo para no comprar dulces , ir al dentista, dejar de fumar etc.
El nombre se deriva de la estrategia adoptada por Ulises en su viaje de regreso a Ítaca tras la guerra de Troya, cuando pasó junto con la tripulación de su barco cerca de las islas Sirenuse. Las islas eran famosas por ser el hogar de las sirenas, cuyo canto resultaba tan irresistible que los marineros acababan arrojándose al mar para intentar alcanzarlas y se ahogaban. Ningún marinero había sobrevivido nunca, por lo que ningún humano conocía la naturaleza del canto de las sirenas.
Ulises se propuso ser el primero en escucharlo y sobrevivir. Así, le ordenó a su tripulación que se tapasen los oídos con cera de abeja para no oír nada, que lo atasen fuertemente al mástil y que, llegado el caso, ignorasen sus súplicas para que lo soltasen. El plan funcionó. Ulises escuchó el canto de las sirenas, la tripulación ignoró sus ruegos y, cuando ya estaban lo suficientemente lejos, les hizo la señal acordada para que se quitasen los tapones de los oídos y lo desatasen. Ulises se había comprometido a actuar de forma racional en un momento neutro (antes de oír el canto de las sirenas), lo que le permitió mantenerse firme. Este compromiso previo es reflejo de la inteligencia reflexiva.
Este pasaje de la Odisea de Homero, nos revela una enseñanza que aplicamos en nuestra vida diaria como estrategia para escapar de la tentación, de lo fácil, del aquí y el ahora al que nuestro cerebro es tan vulnerable. La recompensa por el esfuerzo, pongamos por caso tener salud y la boca cuidada, a menudo sucumben por el gran sacrificio que representan, con lo cómodo que es tomarse un dulce, no cepillarse o tomar una cerveza relajadamente. Nuestro cerebro ve el presente nítido, poderoso y atractivo mientras que el futuro se ve como una sombra lejana, débil.
Sin saberlo firmamos continuamente contratos de Ulises para no sucumbir a la tentación. Conocedores de que uno no es un sólo yo sino la suma de varios y que si ahora somos racionales, mañana ante una tentación bien podemos no serlo. Una estrategia común es la que hacemos para ir a hacer deporte, quedamos con un amigo lo que nos obliga a realizarlo por el compromiso firmado con él.
Del mismo modo, los dentistas podemos firmar un contrato de Ulises con el paciente, a través de los controles periódicos, donde debemos motivar y animar a los pacientes a reflexionar y a comprometerse de forma preventiva con su boca, una estrategia racional para evitar que enfermedades de alta prevalencia, como son las de la boca, no nos hagan reaccionar de forma reactiva e irracional, es a través de las citas de mantenimiento las que van a generar ese compromiso.
Es por ello que el contratos de Ulises de los pacientes nos permitirá desarrollar una practica clínica preventiva y de Mínima Intervención. Vulgarmente se ha venido llamando «la vergüenza torera».