La boca, la gran perturbadora de la salud
Las diferentes partes del cuerpo humano tienen su propia actividad, pero a la vez todas forman un conjunto de sistemas coordinados que cuando uno se altera, desregula los demás, como los eslabones de una cadena. La boca, al verse afectada, ha alterado la función de otros sistemas. Así encontramos una variedad de síntomas del sistema nervioso, la epidemia de “respiradores orales” con todo lo que ello conlleva, alteraciones “sistema tónico-postural” que son descendentes (vienen de la boca el gran perturbador) con sus dolores consiguientes, que es poco probable que tanto el médico como el paciente los relacionen con la boca que queda a distancia de los síntomas.
Bajo el planteamiento del evolucionista Lamarck: “la función crea el órgano y la necesidad la función”, los seres vivos para sobrevivir desarrollan aquellos órganos vitales que más necesitan. La no función implica la degradación cuando no la destrucción del órgano, vamos a poder ver la razón que desequilibra la boca y a continuación otros sistemas.
La boca se desarrolló hace miles de años en un entorno en el que el ser humano necesitaba de una masticación más fuerte, pues su alimentación era principalmente a base de alimentos crudos. En el Paleolítico se necesitaban los dientes para sobrevivir, genéticamente los tenemos preparados para un entorno de mucha presión y cargas.
En el Neolítico desaparece la presión selectiva sobre la eficacia masticatoria, la cultura nos ha permitido superar muchas de las limitaciones que encontrábamos en el entorno natural. Se desarrolla la agricultura, la ganadería, pero es la transformación de la alimentación humana, con la invención del horno la que permitió la cocción de los alimentos ablandándolos, ello permitió la supervivencia de humanos desdentados. Este fue el comienzo de la degeneración genética y funcional de nuestra dentición, y el desarrollo de las enfermedades de la civilización como hoy las conocemos.
En la Edad Media se inventan los cubiertos (cuchara y cuchillo; el tenedor es posterior) y se dejan de utilizar los dientes incisivos (las palas y los otros delanteros) para cortar los alimentos.
Como hemos dicho que la forma sigue a la función, esto se muestra también muy claramente en la sociedad actual donde no se generan los estímulos de desarrollo del sistema masticatorio más importantes, que empiezan con la principal función de los mamíferos, la lactancia materna (masticación sin dientes), como especie nos corresponden 2 años aunque 1 año en un entorno civilizado sería suficiente, ¿cuántos bebes maman 1 año?. Más tarde introducir a los 6 meses la masticación con dieta semisólida y no papillas en las edades tempranas de mayor desarrollo de un individuo. Para luego continuar a lo largo de la vida con una masticación bilateral y vigorosa, pero en entornos de dieta blanda como el actual, no lo permiten, casi todo el mundo come solo de 1 lado generando una asimetría funcional que provoca mucho daño.
El desarrollo motor que el niño realiza nada más nacer y el primer año, arranca con una función básica de supervivencia como es la nutrición (lactancia materna y masticación bilateral vigorosa), es el más importante aprendizaje de su vida y que tiene una enorme repercusión en su desarrollo neurológico y de las estructuras corporales para que maduren adecuadamente las otras funciones como son una correcta respiración nasal, una postura vertical y simétrica, que descansan en los principios de la inervación recíproca. El sistema nervioso que recibe unas aferencias o impulsos nerviosos fisiológicos, conduce a un correcto trabajo y desarrollo del organismo.
El cuerpo humano es una máquina en la que todas sus partes cumplen un rol importante. Los dientes es bueno tenerlos, pero hoy en día no son estrictamente necesarios para sobrevivir en la sociedad civilizada como lo fue en el pasado. Tradicionalmente se les ha atribuido casi exclusivamente la función masticatoria, desgarrar, triturar y cortar los alimentos para formar un bolo alimenticio antes de tragarlos y así facilitar el trabajo a los demás órganos del sistema digestivo. Ya no son necesarias para el tipo de alimentos que ingerimos, ya que, esta función la hemos externalizado, porque todos los alimentos llegan a la boca cocinaditos y bien blanditos, lo que hace que mastiquemos poco y mal, cuando no directamente tragar.
Una muestra simbólica es el sándwich pan de molde, además sin corteza, más blando todavía, que además de costar más del doble de dinero, es una cosa peor que un bocadillo tradicional, que suprime esa exigencia masticatoria tan necesaria.
Al no funcionar al cien por ciento, la masticación, respiración y deglución, funciones básicas de supervivencia, ya que estamos continuamente, realizándolas varias veces al día, llevan consigo la desregulación de otros sistemas como el respiratorio, neuromuscular (tónico-postural) o nervioso entre otros.
¿Por qué hoy todos los niños necesitan aparatos, o porque las muelas de juicio no tienen sitio?, no es un problema dental, en su mayoría es una falta de desarrollo de los maxilares, de las bases óseas por falta de crecimiento debido al escaso estímulo de desarrollo desde el nacimiento, no es un problema de contenido, sino de continente. Y en otro sentido pero la incorrecta función, mal uso es la que lleva a la degeneración de la boca que se hace visible a través de enfermedades dentales como la caries o la piorrea.