Diseño Biológico Evolutivo del Sistema Masticatorio
La palabra «diseño» viene del verbo latino designare (designar). Por diseño se pueden entender la actividad creativa que tiene por fin proyectar objetos que sean útiles y estéticos.
En 1859 Charles Darwin publicó la Teoría de la Evolución que podía explicar el diseño biológico sin necesidad de que hubiese un diseñador. La especiación y el desarrollo del Homo Sapiens Sapiens, este somos nosotros, responde a las diferentes exigencias funcionales en la filogénesis y la ontogénesis. El organismo entra en contacto con el medio ambiente. La suma de pequeñas variaciones ventajosas, a lo largo de períodos de tiempo enormemente largos, habría determinado el origen de las especies que ahora conocemos.
Las ciencias naturales pueden intentar explicar la forma a través de la coordinación de requisitos funcionales. Las características de las especies evolucionan en base a una función y una necesidad (presiones selectivas). El organismo forma un todo funcional. Forma y función se unen de manera inseparable en un organismo. Uno condiciona al otro.
El medio ambiente marca el diseño del organismo, diseño de lo más importante. Esto no sucede de manera directa. Las propiedades del organismo ganadas al ambiente no se transmiten (lamarekismo). La evolución depende más de variaciones hereditarias por efecto de las mutaciones, que se producen al azar y son relativamente frecuentes, de modo que, ante los cambios en las condiciones del medio ambiente, siempre habrá seres que por sus óptimas condiciones físicas tendrán más posibilidades de sobrevivir y de reproducirse.
Características genéticas exitosas, que han permanecido estables lo largo de miles de generaciones de entornos cambiantes, son una fuerte evidencia de lo positivo, bien establecida, Fenotipos «normales». Cualquier rasgo dental (diseño de dientes, la mandíbula forma, y así sucesivamente) que ha durado sin cambios durante el miles de años de existencia de nuestra especie debe ser considerada esencialmente éxito y por lo tanto ser la norma («normal»). Sabemos que estos rasgos (por ejemplo, la oclusión superficie plana) han evolucionado y se han perfeccionado, por decirlo así, por la selección natural porque han funcionado y siguen funcionando lo suficientemente bien como para asegurar la supervivencia continua y el éxito de los humanos que los han poseído.
En la actualidad la adaptación al medio la realizamos por medio de la cultura: los hombres nos adaptamos no cambiando nuestra constitución genética de acuerdo con las exigencias del ambiente sino cambiando el ambiente (cultura) de acuerdo con las exigencias de nuestros genes.
Cultura son los comportamientos que se transmiten por aprendizaje. No se puede hablar de evolución cultural sino que decimos cambio cultural porque la cultura también aplica comportamientos pésimos para su futuro o salud de los individuos.
El estudio de la salud dental desde una perspectiva evolucionista, está fundamentado no solamente en nuestra historia evolutiva, sino en la revisión de culturas que han alcanzado la salud de la boca general a través de vivir de una manera natural.
Este enfoque evolutivo considera que muchas de las enfermedades dentales actuales, incluidas en las llamadas de la civilización, son consecuencia de la incompatibilidad entre el diseño evolutivo de nuestro organismo, que se ha ido moldeando a lo largo de millones de años de evolución, y las condiciones ambientales modificadas culturalmente a las que hoy estamos expuestos.
Este modelo de comprensión de la salud de la boca, nos ayuda a saber optimizar nuestro propio potencial bio-genético, para obtener el máximo bienestar y entender los aspectos individuales ambientales, agresiones, alimentación, y otros que pueden romper el equilibrio de nuestra salud, con el fin de evitarlos o minimizarlos para que no se desarrollen las patologías dentales.
Maggie
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