Odontología Polivagal: la boca como causa y como solución

De forma sencilla podemos decir que la OPV es una práctica odontológica clínica orientada a la eficiencia de la regulación del Sistema Nervioso Autónomo para la mejora de la salud general y buco-dental, basada en los principios organizadores de la Teoría Polivagal (TPV).

Cada día las ciencias de la odontología, la fisiología, las neurociencias tienden más puentes de comunicación, ya que, el individuo es un todo indivisible y organizado que integra tejidos nerviosos, musculares, óseos, viscerales, …

El Dr. Stephen Porges (neurocientífico y profesor en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill) publica la TPV en 1995, donde presenta una investigación sobre el sistema nervioso autónomo (SNA), y explica cómo funciona y sostiene la homeostasis corporal, es decir la tendencia del organismo a buscar un estado de equilibrio interno constante, clave para la supervivencia.

El SNA es la parte del sistema nervioso que controla las funciones involuntarias (digestión, respiración, secreción hormonal, ritmo cardíaco, músculos, etc.). También tiene un componente central, el hipotálamo, donde se integran muchas funciones autónomas que participan directamente en la regulación de los impulsos biológicos (regulación de la temperatura, del hambre, de la sed, del impulso sexual, de la micción, de la defecación y otros), la motivación, la emoción y, en gran medida, de funciones «psicológicas» como el estado de ánimo, la afectividad y los sentimientos.

El SNA ha evolucionado para posibilitar supervivencia a través de la adaptación a entornos cambiantes. La capacidad o proceso neuronal que tenemos para detectar estímulos externos e internos e interpretarlos inconscientemente como indicadores de seguridad o peligro se denomina «neurocepción» (Stephen W. Porges 2007) y nos mantiene en alerta ante las posibles amenazas.

Después de recibir la información ante cambios del medio externo e interno el SNA efectúa las respuestas de adaptación para mantener el equilibrio de nuestro cuerpo estimulando los procesos del organismo: vísceras, sistema muscular, interacción social, y emociones. En esencia es el modo que han resuelto la regulación los mamíferos y constituye la base de los estados fisiológicos que la TPV divide:

1. Sistema de conexión social (rama parasimpática ventral SNA): estado de regulación del sistema donde tenemos seguridad, activación fisiológica óptima, somos flexibles, y se establecen vínculos con los demás.

2. Sistema de Defensivos: la amenaza es un estímulo adverso o estrés que da una respuesta rápida, un instinto básico con una alteración del equilibrio biológico del ser vivo que necesita para poder subsistir:

    • Movilización (rama simpática SNA): respuesta al peligro o amenaza con un mecanismo de lucha o huida, activación física y psíquica, se comienza a segregar adrenalina y cortisol. Aumenta la tensión arterial, frecuencia cardíaca, ritmo respiratorio, azúcar en sangre, tono muscular, sudoración, reactividad emocional e impulsividad, disminuye la motilidad gástrica e intestinal, el sistema reproductivo se bloquea, …
    • Inmovilización o paralización (rama parasimpática dorsal SNA): es el más antiguo evolutivamente, hacerse el muerto. Bloqueo, colapso del sistema: reduce el ritmo cardíaco, respiratorio, la presión sanguínea, el tono muscular, la temperatura corporal…

La TPV muestra la relación neuroanatómica y funcional del SNA y la cavidad bucal a través de varios nervios craneales (NC): trigémino (V), facial (VII), glosofaríngeo (IX), vago (X) y accesorio (XI) componentes primarios de la rama parasimpática. Esta rama utiliza las mismas vías neuronales craneales para los músculos de las funciones de la boca (masticar, tragar, respirar, hablar, reír, …), la interacción social a través de la mímica facial y el sistema visceral (sistema circulatorio, digestivo, respiratorio y las glándulas). El nervio vago aporta gran parte de las fibras parasimpáticas del organismo y da nombre a la TPV.

Nuestro estado de salud en el tiempo va a ser el reflejo del equilibrio de nuestro SNA. Cualquier amenaza del SNA se refleja en la cavidad oral, y al contrario cualquier dolencia oro-facial afecta NC lo que es una amenaza para el SNA con repercusiones autonómicas en todo el cuerpo, un camino de doble dirección.

En la sociedad actual la gran mayoría de la población, tiene grandes probabilidades de convivir con alguna alteración, inflamación de bajo grado o mal funcionamiento dentó-oro-facial además de con estados de inseguridad, estrés, tensión, permanentemente que fisiológicamente activan una reacción de defensa del SNA, que acaba afectando a órganos, sentimientos, pensamientos y relaciones.

En los receptores orofaciales están algunos de los más importantes moduladores parasimpáticos. La actividad nerviosa es la manifestación física de lo que hacemos. La OPV es un método que ofrece diferentes estrategias y prácticas de estimulación a través de NC para ayudar a organizar, reequilibrar el SNA y provocar estados homeostáticos con la mejora potencial de síntomas relacionados:

  • Salud oral y funciones: respiración, deglución, masticación
  • Problemas respiratorios: asma, alergias, resfriados, …
  • Tono y dolor muscular, cabeza, …
  • Frecuencia cardíaca y respiratoria, tensión arterial
  • Hipersensibilidad: ruidos, luz, aglomeraciones, …
  • Concentración, memoria y aprendizaje
  • Hiper o hipo activación
  • Mejora de la coordinación y el equilibrio del cuerpo
  • Estado de ánimo y regulación emocional: miedo, ataques de pánico, depresión, fobias
  • La conexión social: expresión facial, el tono de voz, relaciones humanas
  • Calidad del sueño
  • Sistema digestivo: función del bazo, el hígado, los riñones y los intestinos
  • El metabolismo (afecta al peso corporal, diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis)
  • La producción de líquidos corporales (saliva, sudor y lágrimas)
  • Micción y Defecación
  • Modulación en la respuesta inmunológica y anti-inflamatoria.

 

 

 

 

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