La Postura Corporal depende de la Boca

Una “postura” correcta hace referencia a la alineación vertical fisiológico o natural de los distintos segmentos corporales (cabeza, tronco, extremidades) alrededor del eje de la gravedad. La simetría del cuerpo y la columna recta permiten al cuerpo conservar mejor su propia energía y utilizarla de forma rentable en la vida diaria. Lo vemos en el deporte, cualquier alteración postura provoca disminución del rendimiento y la fuerza muscular, ya se sabe que con una buena posición, el cuerpo funciona de una manera más eficiente, optimizando su potencial y previniendo lesiones.

El cráneo es la parte más pesada de nuestro cuerpo (promedio de 4 kg) y está apoyado en la parte superior, en la última vértebra cervical (atlas). Cualquier alteración en la mandíbula, que depende de los dientes, forzara a los músculos maseteros temporales, trapecio, esternocleidomastoideo, hombro, etc. a modificar la posición de la cabeza (Makofsky, 1992 y Huggare, 1992), lo que conlleva de manera inmediata, debido a las leyes biomecánicas, a adaptaciones musculares que posicionan el resto del cuerpo, con la finalidad de mantener la visión en la horizontal y economizar el gasto energético.

La boca, aunque no es un receptor propiamente, constituye el principal perturbador postural. Cualquier alteración buco-dental, va a generar compensación donde se pierde la simetría corporal, la relajación neuromuscular y aparecen compresiones de las estructuras (órganos, nervios, arterias, venas) en diferentes grados, que pueden ser asintomáticas pero que se vuelven sintomáticas cuando el sistema no puede asumir las nuevas tensiones que puedan aparecer por su mal funcionamiento.

Habituales alteraciones del patrón de masticación, respiración y deglución, repetidas miles de veces todos los días o cualquier modificación dental (una muela rota, una extracción o un tratamiento dental alto), cambian el correcto posicionamiento de la mandíbula, la cual determina la ubicación del hueso Hioides, encargado de regular la postura de la columna cervical, los hombros y el resto de la columna hasta la pelvis, desencadenando los problemas posturales clásicos (escoliosis, lordosis, cifosis).

Dolor es una respuesta a una ineficacia funcional. Por ello, estas incompetencias de la boca afectan a pares nerviosos craneales, manifiestandose con un conjunto de dolencias como son dolores témporo-mandibulares, bruxismo, mal-oclusión, roncar, síndrome boca ardiente o contractura de espalda, pero también migrañas, dolor de cabeza, cervicales y lumbares, molestias en los oídos, vértigos, acufenos, inestabilidad, hipocondría, estrés, ansiedad, depresión, alteración sueño, problemas gastrointestinales, etc.

TROFISMO: es el estado de nutrición que tiene un tejido, en el caso de los músculos depende de varios factores: de la inervación indemne, de su irrigación sanguínea, de su metabolismo y del MOVIMIENTO, por ej. una persona que no come de un lado, no estimula los dientes, ligamentos periodontales, glándulas salivales, articulaciones, músculos… verá alterado su trofismo en un lado por falta de estímulos presentando más caries, enfermedad periodontal,…mientras que en el otro por exceso, mayor desgate, sobrecarga articular,… Lo mismo que una personas se le escayola una pierna; entonces los músculos «adelgazan», se debilitan, etc.; esto se llama ATROFIA O HIPOTROFIA según el grado de alteración.

Cerca del 50% de la población europea padece dolor de espalda y un porcentaje superior al 20% de los niños entre 10 y 17 años. El 96% son de origen funcional y más del 50% de los dolores de espalda pueden estar causados o agravados por una disfunción de la boca. Los problemas de desequilibrio cráneo-mandíbular no son diagnosticado en el 98% de las personas.

Según la ACADEMIA AMERICANA DE DOLOR CRANEOFACIAL, aproximadamente un 80% de todos los dolores de cabeza son el resultado de tensión de músculos de cara, cabeza y cuello. Además, muchos de estos dolores tensiónales están relacionados con la inadecuada función de la boca.

Por todo ello es importante, antes y después, de realizar cualquier tratamiento dental (ej. algo simple como un empaste, o una corona, pero sobretodo en aquellos más complejos como tratamientos de encías, ortodoncia e implantes) evaluar las repercusiones puedan producir en el sistema postural.

El objetivo, además de mantener la boca sana, es su equilibrio funcional, para una simetría facial (belleza de la cara) y corporal. Todo ello se traduce en descompresiones de los grades sistemas, nervioso, musculo-esqueletico, respiratorio, circulatorio etc., con importantes beneficios para todo el cuerpo.

 

 

Leave A Comment